PLANTAS COMESTIBLES
Plantas silvestres comestibles
Las collejas
Según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), la palabra “colleja” significa tallo (“caulis”) y proviene de la palabra latina “cauliculus” (1). Sin embargo, su nombre científico es Silene vulgaris. El género Silene se atribuye al personaje griego Sileno, el cual se representa con el vientre hinchado semejante al cáliz de la flor de las collejas; aunque también se puede referir a saliva, moco o baba, por la viscosidad que presentan ciertas especies de este género (4). La especie, vulgaris, es originaria del latín, y significa “común”.
La colleja (Silene vulgaris) es una especie de planta de flores. Planta herbácea y vivaz, que suele medir entre 20 y 60 centímetros aunque puede llegar a alcanzar los 100, cuyas partes aéreas se agostan a finales del verano o con la llegada del frío, rebrotando de cepa con la llegada de las temperaturas primaverales más cálidas.
Nombre científico: Silene vulgaris (Moench) Garcke
Nombre común: farolillo, guiso, hierba conejina, conejuelas,
conejera, conejitos de campo, petardos, cohetes, jarrabuey, farifuelles,
tirabeques de la esperanza, truenos y un largo etc.
Familia: Caryophyllaceae.
Pertenece a la familia de las cariofiláceas, que entre otras especies conocidas incluye a los claveles y clavellinas (género Dianthus), o al salvadillo (género Spergularia).
Es verdad que en nuestra infancia, los que tuvimos la suerte de vivir en un entorno rural en una pequeña localidad conocimos y aprendimos muchísimas cosas de nuestra fauna y flora autóctona. Seguro que más de uno experimentó en alguna ocasión explotar entre los dedos “ los cálices globosos de las collejas” consiguiendo así sonidos como disparos. De ahí los populares nombres de «explotaculos, pistones, cohetes, tiratiros”.
En algunas zonas se nombran como «campaninos», o
«cascabeles», haciendo referencia al sonido de las semillas dentro de los
cálices, donde pueden permanecer mucho tiempo antes de caer al suelo.
Hojas: son lanceoladas, de color verde claro.
Las hojas basales son lanceoladas, glaucas –de color verde
azulado-, de hasta 4-5 cm de longitud, algo crasas y de borde finamente
serrado; las del tallo son más triangulares, menores, pero de textura similar
Flores: hermafroditas, con los pétalos blancos, divididos en
dos lóbulos y con el cáliz amplio característico de la especie.
Los pétalos están divididos en dos lóbulos en su parte
superior, por lo que pueden dar la apariencia de ser diez, en vez de cinco.
Los pétalos de la colleja pueden perder su turgor y
marchitarse durante el día pero se recuperan en la noche y tienen un aroma
similar a la clavelina. El cáliz está prominentemente inflado y tiene nervadura
reticulada. Debido a las flores inclinadas, la colleja raramente se
autopoliniza.
Fruto: en forma de cápsula, con forma de vasija, que aloja
numerosas semillas oscuras y arriñonadas; las semillas están cubiertas de
pequeños tubérculos, que facilitan su transporte por las mandíbulas de las
hormigas.
Hábitat:
Las collejas viven en pastizales algo embravecidos, cunetas,
inmediaciones de cortijos y ermitas rurales, y en general terrenos algo
compactados y no sometidos a laboreos anuales; no es raro verlas al pie de
encinas u otros grandes árboles como olivos y chopos, donde la presencia de
plantas espinosas cercanas, como las esparragueras, ayudan a protegerlas del diente
del ganado. Tampoco faltan junto a los muros de las huertas, e incluso en
alguna calle del casco urbano.
Uso:
Nutricionalmente se la suele comparar con las espinacas y las
acelgas.
Se comen sus hojitas tiernas que podemos recolectar entre
febrero y abril. Transcurrido ese tiempo la planta comienza a espigarse, es
decir, a sacar los tallos para florecer y las hojas se endurecen, pueden
amargar y contener saponinas (principios activos empleados como detergentes y
que no son comestibles).
La colleja es una de las plantas nutricias autóctonas por
excelencia en toda la región mediterránea, pudiendo consumirse las hojas y los
tallos tiernos, incluso en crudo. Es una verdura muy fina, hasta el punto de
que ni siquiera suele ser necesario eliminar el agua de cocción para
consumirlas. El hervido previo es recomendable para reblandecer los tejidos de
la hoja durante 5 o 10 minutos, aunque no es necesario. Puede emplearse en
guisos, hervida, en ensalada o incluso en tortilla, bastando sofreir
previamente las hojas, con o sin cocción preliminar.
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http://www.naturalezanutritiva.com/…/las-collejas-silene-v…/
http://www.luontoportti.com/suomi/es/kukkakasvit/colleja-2
http://www.etnobotanica.net/plantas-silvestres-comestibles…/
https://es.wikipedia.org/wiki/Silene_vulgaris
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